La Serie de Conciertos de Invierno organizado por Cheekwood Estate & Gardens

Music City Latin Orchestra subió la temperatura en plena noche de invierno

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Comenzando por el escenario en el que tuvimos el privilegio de disfrutar el espectáculo de Music City Latin Orchestra, cada elemento en este concierto fue una grata particularidad. Como parte de la Serie de Conciertos de Invierno organizado por Cheekwood Estate & Gardens, el Auditorio Massey se transformó en una pista de baile. El espacio se dispuso tanto para quienes deseaban apreciar los ritmos tropicales en la comodidad de su silla, como para los que invadidos por el espíritu del baile inevitablemente debían ceder. La cálida voz de Daniel Enrique (Venezuela) hizo que las primeras parejas se arriesgaran a romper el hielo en un recinto que acogía tanto a non-latinos como a latinos; con destreza trazaron los pasos básicos de la salsa. A pesar de que mi país es reconocido por engendrar a la capital mundial de la salsa, y de que así mismo este género es muy familiar para mí, los movimientos con los que las parejas inauguraron las primeras canciones superaban mis capacidades. Me atrevo a decir que varios asistentes experimentaron la misma modestia, y solo se ponían de pie para visitar el bar.

El espíritu del baile

El repertorio comenzó a variar y la confianza de los nativos se reforzó con una de las canciones más conocidas en el género de R&B ‘Stand by me’ de Ben E. King. Transformada en ritmo bachata, sus versos de declaración se mecieron entre el inglés y el español. Cuánta delicadeza en la interpretación de la cantante Sarai Siddiqui, cuán diáfanas armonías en los vientos. Esta versión puso en evidencia la maestría del director musical Giovanni Rodríguez para adaptar diferentes géneros musicales en el lenguaje tropical resaltando las virtudes de cada uno. La bachata no es un ritmo sencillo de bailar, pero es su calidad romántica y de tempo más lento lo que promueve dejarse llevar por sus movimientos. Más parejas se unieron a la pista a la vez que coreaban so darlin’, darlin’, stand by me…

Continuando con este ritmo originario de República Dominicana, el sencillo ‘Bachata Rosa’ del cantautor Juan Luis Guerra, fue un regreso en el tiempo para quienes de pequeños disfrutábamos de su peculiar poesía. Cada canción del álbum que lleva el mismo nombre, es una alegoría al amor y a la sensualidad; la sutil metáfora que se entreteje en cada estrofa, convierte sus letras en contenido apto para toda edad. En 1991 el éxito de ‘Bachata Rosa’ una mezcla de la bachata tradicional y la balada romántica, abrió la puerta internacional a este género dominicano.

Conforme el concierto avanzaba se observaban más sillas vacías, varios asistentes decidieron ponerse de pie no para bailar, sino para apreciar mejor el show. De la orquesta comenzaron a surgir cantantes en los teclados y en la percusión, de sus gargantas se desprendían los auténticos timbres del Caribe. Cada integrante era una escuela de la salsa, del bolero y del son. Melvin Macías y Manuel Manotas parecían ser unos viajeros en el tiempo de la época en la que Benny Moré preparaba el terreno de la improvisación en el canto. Tanto la mirada como los oídos se fueron decantando en cada instrumento y en cada voz, si bien todo el ensamble debe caminar en conjunto, cada línea era digna de una actuación solista. Esta es otra gran maravilla de la salsa que, inspirada en el virtuosismo de los solos de las Big Band, normalmente cede un espacio en sus canciones para las melodías improvisadas. Estos momentos no se hicieron esperar, las revoluciones de la música inevitablemente los pide y la presentación de un magnífico elenco de músicos también. La sección de vientos estuvo conformada por Jovan Quallo (Jamaica) en los saxofones, Steve Patrick (EEUU) en la trompeta, Jonathan Salcedo (Venezuela) y Barry Green (EEUU) en los trombones y Andy Robinson (EEUU) en la flauta. El inconfundible ‘bajo baby’ y los bongoes fueron interpretados por Isoel Villarubia (Puerto Rico) y Yosvany Cordero (Cuba), respectivamente.

Music City Latin Orchestra

El gran sello en este proyecto musical, es preservar el sonido genuino de la salsa clásica. A pesar de que pueden disfrutarse versiones de éxitos del soul y del blues, Giovanni Rodríguez mantiene en sus arreglos ritmos tradicionales como la base del son cubano o los característicos voicings de la orquesta tropical. La salsa es un género enriquecido con la herencia de diferentes razas; la percusión africana se mezcló con los instrumentos autóctonos de América como el güiro y las maracas. En Nueva York esta conjunción se complementa con el piano y los vientos de las Big Band. Las voces resonantes de Cuba y Puerto Rico convierten el jazz latino en una expresión sin tapujos de historias melancólicas narradas con alegría. El mambo, la guaracha, el chachachá, y el guaguancó, encontraron el terreno fértil en el ‘Spanish Harlem’ para orquestarse con las técnicas del jazz e imprimir en él su identidad. Es por esta razón que el género toma el nombre de ‘salsa’, su música está condimentada de diferentes influencias y a su vez su inigualable sonido, condimentó el estilo estadounidense.

En cualquier parte del mundo siquiera un clásico ha retumbado en la radio, la salsa comenzó a efervescer con tal éxito, que rápidamente se extendió a lo largo del planeta a través de grabaciones y giras. Es siempre grato encontrar en las tiendas de cualquier ciudad sus discos y aún mejor un recinto para escucharla en vivo. —¿Bailas salsa? Es Comúnmente la pregunta que recibe un latino en el extranjero y es que no hay fiesta en la que no quede espacio para los ritmos del Caribe. En esta ocasión la salsa obtuvo de nuevo su victoria, el público rodeó la orquesta y danzó desinhibido. Es un privilegio para la escena musical en Nashville contar con músicos de tan alto nivel, Music City Latin Orchestra, es un proyecto que complace de manera extraordinaria el deseo de saborear auténtica salsa.



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